La enfermedad de un colectivo, ya sea un ejército, un partido político o un equipo de fútbol, se hace patente cuando pierde en su terreno. Eso es lo que le pasó al Barcelona ayer.
Hasta el partido del Calderón, pensaba que lo de Sevilla había sido un tropiezo de normalidad humana, que el derby contra el Espanyol había estado marcado con la expulsión de Keyta y que el resultado contra el Lyon era bueno a pesar de no jugar el mejor de los partidos.
Ayer, no obstante, era un buen día para reivindicarse. Suele decirse que los Atlético-Barça suelen ser partidos de goles, de intensidad, de tensión. Un buen escenario para un Barcelona que en los últimos partidos parecía haberse dormido por la mezquindez de las tácticas rivales, que habían encontrado un filón tapando a Xavi y esperando arropaditos la ocasión de morder.
El fútbol se dio en el Calderón una alegría a sí mismo y el Barcelona acabó llorando en una esquina, incapaz de explicar los porqués de una racha que -ahora sí- da opciones al Madrid en esta Liga que parecía tener el billete de AVE destino la ciudad de la Sagrada Familia. No es normal esta reacción azulgrana, que dio la espalda al fútbol, el principal aliado en sus éxitos y el amigo añorado en estos días de melancolía y nervios.
Las razones principales son la debilidad defensiva -Puyol y Márquez se cubrieron de gloria- y la falta de pegada. Messi hace cinco partidos que no ve puerta, Eto'o le marcó por última vez al Betis y sólo Henry mantiene el nivel en un trío que en la primera vuelta marcó más de dos goles de media por partido.
Los que habíamos ensalzado a Guardiola al más elevado de los altares sin haber pasado ni un momento bajo tenemos que retirar nuestros argumentos y esperar. Esperar a que el técnico de Santpedor sea tan bueno en la victoria como en la derrota y que la principal característica que se le presume -la coherencia- le haga revisar los últimos partidos para que los equipos pequeños no pongan en peligro una liga ganada hasta ahora a golpe de humillación a los grandes. El resto dependerá de unos futbolistas que deben reencontrarse a si mismos si el cansancio de tener una plantilla en la cuentan 13 futbolistas se lo permite.
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Yo sigo confiando en Guardiola. Me gusta su estilo, su forma de ser y sus ideas. Necesitamos más Guardiolas en este fútbol tan mezquino.
ResponderEliminarte añado a los links de mi blog. Un abrazo.
Es verdad que han tropezado en los ultimos 3 patidos, han perdido un poco de concentración y se han cometido errores en defensa. Pero estos partidos han sido un tanto especiales y ahi estan luchando para consguir titulos. Tendremos que esperar haber si el Barça supera este bache es temporal o si pasa como hace 2 años. Yo creo que se van a recuperar.
ResponderEliminarTodos los equipos tienen un bajón, lo que no tienen todos son las ayudas que tiene el Madríd cada vez que ese bajón le llega. El Barça dará otro tiron y acabará la liga con más de diéz puntos de ventaja, que nadie lo dude.
ResponderEliminarPara crisis la del Valencia cf. Si quieres ponerte al día en Valencia y che te lo contamos a diario,
Saludos
http://valenciayche.blogspot.com
Yo tambien creo que este Barça es capaz de levantarse. El ataque psicologico no creo que sea suficiente para desequilibrar a un equipazo como es el de Pep.
ResponderEliminarUn saludo Punto de penalti
Precisamente un partido tan loco como el del Calderón no le beneficia al Barça , al que le gusta dominar los partidos teniendo el balón en su poder el mayor tiempo posible para ir desgastando a sus rivales .
ResponderEliminarUn saludo
Hola, te contesto la pregunta que me hiciste en el blog, donde también la publiqué, y acá amplío un poco más.
ResponderEliminarMuchos de los jugadores en la Argentina (quizás la mayoría) pertenecen a "grupos de empresarios" (o "empresarios de grupo", aquí "de grupo" quiere decir "de mentira"), que son los que ponen el dinero para comprarlos y cederlos a los clubes, cuando estos no pueden hacer el gasto de dinero (clubes pobres, empresarios ricos) y se quedan con una parte o la totalidad del pase, por eso luego un jugador se puede ir en la 4º fecha si aparece una oferta que a estos señores los "seduzca" desde Irak, Mozambique o Singapur.
En el caso del arquero de Independiente, Assmann, cuyo porcentaje del pase fue entregado a una de las empresas constructoras que trabajan en el nuevo estadio, es algo distinto ya que como el club no tiene el dinero ahora para pagarle a la empresa ahora y necesita imperiosamente que el estadio se termine, le da un porcentaje del pase sabiendo que no va a quedarse mucho más en el club, es decir, está "prevendiendo" al jugador a esta empresa para asegurarle que va a cobrar. Y para la empresa debe ser más seguro eso que un pagaré, cheque a 180 días o lo que sea. Digamos que Assmann es "patrimonio seguro" del club y que evidentemente en algún momento será vendido, muy probablemente a mitad de año, cuando terminen las temporadas europeas y el campeonato argentino.
Volviendo a lo de los empresarios, y por eso decía que lo de Assmann es algo distinto, es porque a veces los jugadores se convierten en empresas en sí mismos que cotizan en bolsa, porque ni ellos saben de quién es su pase. Ha ocurrido que muchas veces alguien dice tener el 25%, otro el 50%, otro el 10% y otro el 30%, y da más que el 100%, ridículo. Y muchas veces hay jugadores que cotizan 10 por ejemplo, pero viene un "grupo empresario" y pone 3 por el 50% del pase. Como el club necesita la plata fresca acepta, y lógicamente pierde en una venta futura, pero "ese es otro cantar". Ni hablar cuando por el 50% de un jugador los empresarios "ceden" el pase de algún que otro muerto que les quedó colgado por ahí sin club... en fin, es largo, espero no aburrir.
Saludos
Emiliano