jueves, 27 de agosto de 2009

Un ingeniero para el Madrid

A dos días del inicio de la Liga, 'El País' nos ha regalado su 'especial', consistente en un análisis que no aportaba mucho y cuatro entrevistas que sí. En especial la realizada al entrenador del Madrid, el semidesconocido para el gran público Manuel Pellegrini, un auténtico personaje al que en una entrevista se le pueden sacar cositas interesantes.

La primera, es un tipo que no se basa en ideologías sino en el contacto humano. Quizá de su experiencia en la ingeniería concluyó que no hay dos casos iguales, y lo aplica al fútbol. Lo importante, dice, es "ir conociendo las personalidades de los jugadores y aunarlas". Porque "si fuera por poner jugadores en un esquema táctico cualquier tonto lo haría". Es una buena solución al problema del que hablábamos en este blog hace poco y que afecta a la selección española. ¿Un punta, dos puntas, tres? El chileno tiene la solución y lo bueno es que no es cerrada, que es interpretativa.

Más cosas. Afirma que "alguien tiene que mandar". En fútbol y hablando de tipos que cobran 1.000 millones al año, tiene razón. "¿Entonces no tiene dudas?", pregunta la periodista. "Todos los días. Pero una cosa es tenerlas y otra transmitirlas". Fantástico, la magia del engaño del débil aplicada al fútbol. Una cosa es ser débil y otra que los otros lo detecten.

De lo que más me ha gustado es que, fruto de su adaptabilidad a las características de cada equipo, busca soluciones a sus problemas sin llorar. Eso de que los grandes entrenadores piden y piden no va con él. Le preguntan por si no le faltará gente en el medio campo. Afirma que sí, pero enseguida encuentra respuesta. Si hay mucha gente arriba, habrá que acortar distancias desde atrás, pues la manera de que no se note esta debilidad en la medular es que el equipo esté junto. Es por eso que sus centrales deben "apretar la espalda de los medios" para que éstos no retrocedan.

Por último, le han preguntado por su inevitable seña de identidad. Las bandas. Es por donde veo que quizás flojea un poco. Contra el Rosenborg vi un Madrid dominador pero con falta de mobilidad. Contra rivales que se cierren -el 90%- el embudo de defensas contrarios y atacantes propios puede no tanto dificultar un resultado positivo -hay calidad de sobra para meter un gol más que cualquier rival- como el juego vistoso.

Para Pellegrini, jugar con dos extremos pegados a las bandas forma parte de un "fútbol antiguo". O se equivoca o soy un viejo rockero. Forma parte de su manera de ver el fútbol, pero en Villarreal ya era criticado por eso. Y es que su estrategia de mobilidad continua depende también mucho de los jugadores y de su estado de forma. Y eso significa irregularidad. Con el Villarreal a épocas en los que el equipo parecía invencible le seguían otras de tedio y aburrimiento sin nadie que hiciera desmarques de ruptura.

En definitiva, no se puede dudar de que hablamos de un tipo con carácter. No será una marioneta en manos de los dominantes Florentino y Valdano. Le ficharán, pero no le harán la alineación. Y a menos que consiga su objetivo, su equipo tendrá personalidad propia. Y eso, en un grande, suele ir acompañado de triunfos importantes. La lucha con el Barça se prevé titánica. Bienvenidos a la Liga más polarizada

lunes, 24 de agosto de 2009

Debate cerrado, para mi ya lo estaba

El Barça sigue arrollando, esa no es la noticia. El equipo de Guardiola sigue engrasando su maquinaria de cara a una temporada en la que está obligado a mucho. Antes de que la exigencia le haga tener que rendir al máximo nivel semana tras semana, Ibrahimovic disfruta de un plácido aterrizaje en el que se le exige poco. De momento, con Messi y Xavi basta.

Pero ayer vimos ya los primeros conceptos tácticos destacables del que será el nuevo delantero centro azulgrana. A falta de que su nivel físico sea idóneo, nada de cambios de posiciones con Messi o Henry. Su principal tarea a la hora de crear es dar dos pasitos hacia adelante para recibir de los mediocentros y devolverla a la primera. Seguramente no hay nadie en el mundo que pueda hacer mejor esta función, senzillamente porque no hay delantero corpulento con su calidad.
El gol de Messi fue sólo uno de los ejemplos de ello. Recibe de Xavi y, en lugar de mirar a portería como hubiera hecho cualquier delantero vulgar, prefiere jugar de cara, algo que explican en benjamines pero que pocos ponen en práctica. El resto es Messi en estado puro. Picarla así es de una sutileza hasta insultante.

Y Presionar, presiona. Tras el partido, Guardiola dijo algo inteligente y que todo aquel que haya jugado a fútbol en su vida sabe: cuando un equipo presiona, presionan todos. Es pura física y se llama inercia. El principio, enunciado por Galileo y completado por Newton, es el cálculo que permite descifrar lo que le cuesta a un cuerpo mantener su estado de reposo teniendo en cuenta diferentes fuerzas. A poco que estas últimas actúen, la inercia nunca es cero. Eso es lo que le pasará a Ibrahimovic. Debate cerrado: el sueco es mejor que Eto'o (y me parece insultante tener que argumentarlo).

No quiero dejar de acordarme de Ronaldinho. Tras un ultimátum de su entrenador Leonardo, algo así como un 'ahora o nunca', parece que el Gaucho ha optado por el 'ahora'. Aún es pronto porque un buen partido lo puede hacer hasta con una botella de whisky en cada mano, pero lo que se pudo ver frente al Siena es esperanzador. Nunca he sido un gran defensor de Dinho, pero no puedo dejar de sentir simpatía por aquellas personas que tocan fondo y, por voluntad o por inercia, se levantan.

domingo, 23 de agosto de 2009

Ya son 5.000

Esta mañana hemos llegado a los 5.000. Quizás llegue el momento de hacer balance. Hay que decir lo típico: gracias a todos por las visitas, sin ellas no hubiera sido posible, espero que sigais entrando en el mío y yo en el vuestro... Todo esto es cierto, no hubiera empezado si no supiera de la existencia de una blogosfera futbolística de gran valor añadido si sabes escoger lo que lees. Yo quería ser parte de este plus, dar una visión del fútbol sin nadie que medie entre el estadio y el lector. A mi manera, sabiendo que el fútbol está contaminado por el capitalismo, también que sin éste posiblemente el fútbol sería otra cosa muy distinta y posiblemente peor. Con mis dudas, pero con mis certezas de que este deporte se ha convertido en un ejemplo más de la postracionalidad.

Mi idea era sobre todo la de dar una visión distinta, teniendo muy en cuenta que cada club es un mundo con su idiosincrasia y que ésta pesa como una losa en cada acción, en cada partido, en cada victoria y en las derrotas. No es lo mismo perder tres puntos para la afición del Betis que para la del Atleti. Y me encantan estas diferencias, y por ello me encanta el fútbol.

Todo esta aventura comenzó con una reflexión sobre la parte interna del fútbol, ha seguido con cada triunfo de un Barcelona arrollador que nos ha regalado el mejor fútbol de los últimos años, ha seguido con apologías al tocamiento y se ha sobrecogido con la muerte de Jarque. Ha habido momentos de euforia, pero también de bajones, como aquel mes de junio en que mi situación personal me llevó a dejar de tener ganas de escribir. Con la esperanza de que las ganas actuales duran, seguiremos peleando.

Porque, como dice Jesús Fernández Santos, "al escribir proyectas un mundo a tu medida", porque hay que evitar que, como dijo Azaña, "en España la mejor manera de guardar un secreto es escribir un libro. Quizás también con un puntito de lo que dijo un vanidoso Orson Welles: "Lo peor de escribir es cuando acabas un capítulo y la máquina de escribir no se levanta a aplaudir".

jueves, 20 de agosto de 2009

Temple

Al final el infierno no lo fue tanto, y el Atlético vuelve a Madrid con un 2-3 que deja la eliminatoria prácticamente cerrada. Digo prácticamente porque cuando se habla del Atleti hay que ampliar el margen para la incertidumbre. Forma parte de su idiosincrasia. Nunca será este un equipo seguro de si mismo, y el éxito o fracaso dependerá de que jugadores y equipo técnico sepan minimizar los riesgos.

En la actualidad, en el Calderón pueden estar -más o menos- tranquilos. Aunque su defensa, al menos el año pasado, no contribuya mucho a esta minimización, el ataque contribuye por partida doble. Agüero y Forlán, bien secundados por Maxi, aseguran que el rival tenga que marcar más de un gol para sacar algo positivo.

Lo que hace grandes a los dos puntas colchoneros es no tanto su calidad -que también- sino su temple ante el gol. En el partido contra el Panathinaikos hubo dos jugadas que definieron el resultado y que son grandes ejemplos de esa tranquilidad ante las situaciones límite que hacen enormes a los ya de por si grandes.

Minuto 36. Forlán recibe un pase en profundidad de Raúl García. Decide recortar en lugar de seguir en carrera y se equivoca, puesto que otro defensa llega para tapar su posible su chut. No obstante, y cuando todo parece que quedará en nada, ve la llegada de Maxi desde la segunda línea. Pase mágico entre las piernas del central griego que deja sólo al argentino. 0-1.

Minuto 68. El Atlético ha empezado mal la segunda parte y ha visto como los griegos empataban. Pero los de Abel se rehacen y Forlán marca el 1-2. Es en ese momento cuando el partido se rompe. Agüero lo sabe, como también sabe que hasta ese momento ha estado flojo. Lucha una pelota en la banda derecha que se lleva en carrera a más de 30 metros de la portería. Dos defensas le esperan, reculando.

Al borde del área, el movimiento clave. Frena su carrera y levanta la cabeza. No hay nadie. En ese momento decide acelerar y quiebra al primer defensa, que se queda clavado. Sólo queda otro, que hace bien en darle espacio por el costado. Con otro toque encuentra el espacio para armar un disparo imposible. Imposible si no fuera el 'Kun', que lo cruza lo suficiente como para que el portero sólo pueda mirar, creyendo que al palo largo no podía ir un chut desde esa posición.

Temple, esa es la palabra clave. Saber estar en el momento oportuno. No precipitarse, saber parar lo que va muy rápido. Y de ahí a la Champions.

lunes, 17 de agosto de 2009

El fútbol no premia al arte

Pocas novedades en el primer fin de semana Premier. O muchas, según se mire. Si nos fijamos en el llamado 'top 4', pocas. El Manchester resuelve con más o menos problemas, el Liverpool sigue siendo irregular e impredecible, el Chelsea resuelve con más problemas que menos y el Arsenal enamora hasta Navidad.

Si hay algo que me ha hecho recordar que esto del fútbol es bastante injusto ha sido la goleada de los de Wenger ante el Everton en Goodison Park. Sobre todo, comparándolo con las cortas victorias de United y Chelsea en casa. Es decir, el Arsenal juega bien al fútbol y le mete seis al Everton fuera de casa y su victoria 'sólo' vale tres puntos, los mismos que los pírricos triunfos de los dos grandes más grandes en casa y frente a dos firmes candidatos al descenso.

La equidad no es una caracterísica del fútbol. Tampoco la racionalidad, lo hemos dicho muchas veces. A Wenger y sus niños les queda la ilusión de saberse admirados, pero también la amargura de comprobar que, un año más, el premio al arte es el mismo que el que se concede al conformismo cuando la pelota entra. Cuando el fútbol no premia al arte, debemos premiarlo los aficionados.

Este mi pequeño homenaje a un equipo que antes del Mundial debería estar lamentándose porque por primera vez en muchos años no jugará la Champions 2010-2011. Si Wenger no lo remedia.

viernes, 14 de agosto de 2009

Un punta, dos puntas, tres puntas...

A un purista como yo, un tipo al que le parece racional utilizar todo el ancho del campo porque cree que cuanto más espacio, más posibilidad, hay cosas que no le entran en la cabeza. Pero que al final tiene que admitir.

Me refiero al debate -¿ya cerrado?- en la selección española. Un punta o dos. Aprovechar las bandas o jugar con cuatro mediocentros. A pesar de que siempre he jugado por bandas y que creo que no es sólo una opción sino la opción más racional, no lo es menos que cada equipo tiene su propia idiosincrasia y que debe permanecer fiel a ella mientras le vaya bien.

Del Bosque ha intentado, desde su llegada a la selección, dar un toque propio a la selección que ha pasado por tratar de abrir un poco el campo. Ha apostado por dos jugadores como Cazorla o Riera que, sin ser extremos puros, si que pueden aportar más desborde desde los costados que Cesc o Xavi, por ejemplo.

En el partido que convirtió a la selección en el equipo de moda, la semifinal de la Euro ante Rusia (0-3), Luis salió con un centro del campo en el que estaban Senna, Xavi e Iniesta y Silva por delante, con más libertad. Por delante, unos escurridizos Villa y Torres que se movían con libertad, cayendo a una banda y otra. Cuando se lesionó el '7', entró Cesc. Y fue ahí, con los peloteros haciendo un rondo ante los rusos, cuando España homenajeo al futbol.

¿Por qué no volver a jugar con un sólo punta? La primera respuesta es obvia. Dejar a Torres o Villa en el banquillo sería estúpido. Sí. O no. Depende. No soy partidario de sacrificar a futbolistas en nombre de un sistema cerrado, pero hay que encontrar una solución. Por ejemplo, acomodar a Villa en una banda. No lo sé, no estoy seguro. Lo que sí recuerdo son mis bostezos en la primera parte ante Macedonia y mis piernas inquietas y sonrisa en la cara en la reanudación.

Hablando de sistemas

Ya que hablamos de sistemas racionales, también creo que al futbol se juega tocando, mimando a la pelota, haciendo rodar por el césped. Esto viene a cuento de que este fin de semana debuta Roberto Martínez, técnico español de sólo 36 años, en el Wigan. Y va sin complejos. Anoche decía en la Ser que quiere jugar bonito en el país del fútbol aéreo. ¡Suerte!

martes, 11 de agosto de 2009

Más de cien mentiras (Hasta siempre Jarque)

Con el cierre de la capilla ardiente de Dani Jarque, el Espanyol ha cerrado uno de los capítulos más tristes de la historia. Se puede perder un partido, una final, pero perder a un amigo es de lo más triste que te puede ocurrir. Si tiene 26 años, aún más.

Han sido días de lamentos, de llantos, de miradas perdidas, de llamadas de consuelo. Pero ahora, con la memoria del capitán que ya no volverá, toca levantarse. Como bien dice Sabina, que sabe más que muchos de lo que es estar hundido, hay "más de cien mentiras que valen la pena".

Y los compañeros y su afición deben agarrarse a ellos para salir del barro. Tienen un estadio nuevo, un proyecto ilusionante con un entrenador que es un símbolo, una de las mejores canteras de España, unos fichajes que prometen y una trayectoria ascendente. A partir de ya, que esta tendencia no se invierta depende de ellos, de la fortaleza del grupo. No será fácil, pues Dani era pieza básica en el vestuario, pero carácteres como el de Tamudo o el propio Pochettino deberían ser suficientes para que este grupo joven haga aplaudir al 21 allá donde esté.

También todos los aficionados al futbol nos hemos quedado un poco huerfanos. Pero no podemos rendirnos. Tenemos la Supercopa este fin de semana, una Liga con dos grandes muy grandes a la puerta de la esquina, una Champions en la que España debería tener una gran presencia y un Mundial en el que -¿por qué no?- también. Para nosotros todo será más fácil. El flujo de información no se para por nada ni por nadie, así que, excepto para los pericos más pericos, pronto el recuerdo de Jarque será como el de Puerta, una manera de recordarnos que el fútbol son, a pesar de todo, "más de cien mentiras que valen la pena".