El gol es al fútbol, según Eduardo Galeano, lo que el orgasmo al sexo. La mejor parte. Llámenme conformista, pero en mi caso es suficiente la sorpresa para emocionarme. Y es que el gol suele ser consecuencia directa de la sorpresa. Un marcaje bien tirado, una superioridad convertida en pared, un lateral doblando al extremo -el ejemplo perfecto, el primer gol del Sevilla-. Me encantan esas acciones que se enseñan en las escuelas de fútbol y que no todos son capaces de aplicar en un partido de alta competición.
Precisamente por eso me aburrió el partido entre el Chelsea y el Liverpool. Especialmente el de Rafa Benítez fue un equipo previsible, y eso que tanto yo como todos los que seguimos el partido en un pub gracienc íbamos predispuestos a sorprendernos con poco...
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Hace 2 horas
Algo grave le pasa al Villarreal. No da la talla, no gana nada y no mejora. Mientras el Chelsea es una máquina. Un abrazo.
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