domingo, 8 de noviembre de 2009

Hertha de Berlín: una historia del siglo XX

Seguramente, que te acusen de nazi en Alemania es casi el peor insulto. De hecho, a diferencia de España, allí está prohibido mostrar emblemas nacionalsocialistas. Y si algún equipo lo ha tenido que aguantar a lo largo de los últimos 50 años es el Hertha Berlin. Quizá a ello se deba la poca implantación que históricamente ha tenido el club y que otros, como el Union Berlin, que milita en la equivalente a nuestra Segunda B, sean el equipo de muchos berlineses.

Y ahora, que van a cumplirse 20 años de la caída del Muro de Berlín, parece que los malos tiempos aires, de pesimismo y decaimiento, vuelven a apoderarse del equipo más grande de la capital alemana. Teniendo en cuenta su historia de grandes fracasos sonados, uno piensa que el presidente, Werner Gegenbauer, gestionó tan mal el éxito que no había otra realidad posible para esta temporada.

Despidió a Dieter Hoeness, el hombre que había modernizado el club en diez años desde el puesto de director general, y dejó ir a tres de los pilares de la brillante campaña del Hertha: el central croata Simunic -ojo con él- se fue al Hoffenheim, el delantero Pantelic al Ajax y Voronin volvió al Liverpool en contra de su deseo personal. Ahora resulta que el gran causante de la marcha de Hoeness, el entrenador Lucien Favre, tampoco sirve y ha sido despedido por el mal inicio de temporada. Un desastre.

No obstante, la historia del Hertha está plagada de ellos. Desde que los hermanos Fritz lo fundaran junto a Max Linder y Willy Loretz allá por 1892, los mejores años del Hertha fueron precisamente los primeros. En unas competiciones cuyas estructuras estaban naciendo el club era uno de los clásicos de Alemania y, en el periodo entreguerras, fue capaz de ganar dos Bundesligas. Las únicas que se pueden ver un su museo, aunque creo que el club tendría un filón si a esas dos copas les sumara una historia del club paralela a la del siglo XX.

Poco duraron los éxitos, ya que la irrupción electoral del nacionalsocialismo truncó su historia para siempre. Hay una especie de ‘etiqueta’ que seguramente pesa enormemente sobre la gente del Hertha, y es que fueron el equipo al que el Führer quiso convertir en suyo. Según un estudio de Daniel Koerfer, investigador de la Universidad Libre de Berlín, fue el interés de Hitler y no la presunta alienación del entorno del club a las ideas nazis lo que convirtió al Hertha en una especie de equipo del régimen que jugaba sus partidos en el Olímpico de Berlín.

De hecho, este estudio, que ya comentó Notas de Fútbol, demuestra que en las elecciones que en 1932 auparon al Partido Nazi, el barrio obrero donde estaba ubicada la sede del Hertha –Wedding, la Roja Wedding- votó en masa al Partido Comunista. Otra cosa es después, cuando Hitler, consciente del poder ideologizante del fútbol, colocó a su afín Hans Pfeifer al frente del club para tratar de convertir al club en el exponente de la superioridad de la raza aria. En ese mismo estadio, Jesse Owens le demostró al Führer en sus mismas narices la inutilidad de sus ideas.

Pasó la Guerra Mundial y las potencias ganadoras se repartieron Berlín, dividiéndola en dos. Y se alzó el Muro que partió la ciudad. Es obvio que el club se vio afectado. Tanto que se vio obligado a recurrir a los sobornos para convencer a los futbolistas de que el Hertha era un buen club para jugar. Cuando la federación alemana se dio cuenta, descendió al equipo a regional, convirtiendo a la dividida Berlín, como si eso no fuera suficiente, en la única capital europea sin un equipo en Primera. Aquello duraría años.

Para cuando volvieron, recomponer y modernizar el club era una tarea titánica que no se materializó del todo hasta la llegada de Hoeness. Él hizo el primer gran Hertha desde los años 80, un equipo que plantó cara al Bayern y se clasificó para la Champions en 1999. Era el Hertha de Marcelinho, de la ‘perla’ Deisler, de Basler… y de los problemas económicos. Las fueras inversiones y la quiebra de los patrocinadores televisivos dejan al club al borde de un abismo del que se recuperó la temporada pasada. Ahora vuelve el gris.

El Hertha tiene un gran paralelismo con la historia del mundo tras la caída del Muro. Todos pensaron que el mundo sólo podía ir a mejor y la mayoría imaginaron un mundo de vino y rosas, de paz y justicia. Ahora estamos en crisis.

X. Prera

5 comentarios:

  1. Hola, te invito a participar en el I Mundial de Debate Futbolístico. Las bases y el funcionamiento están en el siguiente artículo.

    http://nuestrofootball.blogspot.com/2009/11/mundial-de-debate-futbolistico.html

    Esperamos tu participación.

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  2. Voronin pese a ser un jugador del monton en el Liverpool era muy importante en el Hertha,pero creo que lo que le pasa al hertha es mas psicologico que futbolistico empezo la temporada mal y perdieron la confianza en ellos mismos.
    un saludo desde mi visión del balón

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  3. Buenas,como bien dice Diego Fernandez, el año pasado tenian a Voronin que fué un hombre importantisimo para este equipo, y ahora en el Liverpool es un jugador más,que apenas destaca. Saludos!

    No se pierdan "El derbi desde dos puntos de vista" en www.atleti1903.blogspot.com

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  4. Muy buena la nota sobre la historia del Hertha. Si no me equivoco, allí jugó Alphonse Tchami.
    Salute.

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  5. Gran historia y muy bien cogida por lo que se celebra en estos días. Un abrazo

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