martes, 3 de noviembre de 2009

El valor del trabajo

“El diccionario es el único lugar donde el éxito viene antes que el trabajo”. Con estas palabras me sorprendió Miguel Ángel Lotina cuando se le preguntó por la buena campaña que está haciendo su equipo en la liga. La verdad es que nunca había escuchado tal expresión, pero es tan original como cierta. Tan solo debemos contemplar detalladamente los inicios de ciclo de los dos grandes clubs españoles: Barcelona y Madrid.

Cuando Pep Guardiola llegó al banquillo azulgrana hace poco más de un año, su discurso era claro: trabajar duro para lograr títulos. Quizás a priori parecía un discurso poco usual en un club donde se exigen objetivos a final de temporada y dichos objetivos suelen traducirse en trofeos. En el Futbol Club Barcelona ser segundo es un fracaso; y si encima el equipo que queda delante es el Madrid la temporada se convierte en catástrofe.

Guardiola es una persona de futbol que conoce este deporte y la entidad azulgrana a la perfección. Así, no le tembló el pulso al asegurar que la base de su proyecto sería la formalidad y el trabajo de unos jugadores a los que pedía compromiso total (por ello abandonaron el club Ronaldinho y Deco). A lo largo del año, mientras su equipo batía todo tipo de récords, Guardiola seguía manteniendo su discurso humilde y su convicción por el trabajo para deleite de todos los azulgranas.

El memorable final de temporada ya es conocido por todos: Guardiola se convierte en su primer año como entrenador azulgrana en el único técnico que consigue el triplete en la historia del club. Quizás si las cosas hubieran salido mal se hubiera culpado a Guardiola de ser demasiado conservador y humilde, pero todo salió bien y el técnico azulgrana se ha ganado el respeto de todo el panorama futbolístico actual.

En la otra cara de la moneda encontramos el segundo proyecto de Florentino Pérez al mando del Real Madrid. Al igual que en la primera, esta nueva etapa del mandatario madridista se basaría en la millonaria contratación de futbolistas de talla mundial como Kaka o Cristiano Ronaldo. Florentino no escatimó en millones para devolver la ilusión a una afición desencantada por los despropósitos madridistas de los últimos años pero sobretodo, por los éxitos de su eterno rival.

El proyecto del Madrid parecía la resurrección de equipo tocado y era digno de tenerlo en cuenta por la cantidad de millones y de jugadores que había adquirido el club blando. El mundo del fútbol contempló admirado como Florentino contrataba todos los jugadores que quería para crear una “superproducción”, como lo definió Valdano.

Un denominador común de todos los discursos desde la casa blanca era que se iba a devolver la ilusión a los aficionados y que el Real Madrid iba a retomar su trono en la Europa futbolística. Pero en ningún momento se hacía mención al trabajo duro que quedaba por hacer. Quizás se les olvidó entre tanta insólita presentación de jugadores.

Ahora, cuatro meses después de que se iniciará el gran proyecto nos encontramos con un técnico en la cuerda floja, una afición poco ilusionada y con una plantilla duramente criticada por la prensa. A Florentino se le achaca que ha creado una plantilla descompensada a pesar de haberse gastado 300 millones de euros y a Pellegrini se le critica que pasados cuatro meses, todavía se vea un equipo poco trabajado y compacto.

Todo ello nos hace volver a las palabras de Lotina y ver que realmente, no se puede vender la piel del oso antes de cazarlo. El éxito no se puede prometer, se puede desear. La única promesa real y loable que se puede hacer es la del trabajo.

GUILLEM PRERA MENERO

1 comentario:

  1. Sí, pero con todos los males descritos el Madrid está ahí al lado del Barça. Al final se podrá hablar de equipo pero si juntas buenos jugadores lo más normal es que acaben estando arriba aunque las cosas no se hagan bien.

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