Se entiende por frustración el estado de decepción creado emocionalmente cuando alguien espera realizar su deseo y se ve impedido de hacerlo. El Madrid debe ser víctima de un sentimiento parecido. Ha ganado siete partidos consecutivos y sigue a la misma distancia del Barcelona. Insalvable.
A nivel político y social, la frustración suele generar violencia y radicalizar comportamientos. El mejor ejemplo lo hemos visto en Gaza. El boicot y el bloqueo israelí sobre la franja –la humillación, en definitiva- se traducen en un mayor apoyo a Hamás.
En fútbol la violencia no es políticamente correcta y por eso la frustración se tiene que vehicular hacia otro sitio. Lo más fácil es cambiar de tema y mirar hacia adelante olvidando el presente. Es lo que están haciendo los media madrileños con las especulaciones sobre la vuelta de Florentino e incluso un hipotético ‘caso Figo II’ con Messi.
A nivel político y social, la frustración suele generar violencia y radicalizar comportamientos. El mejor ejemplo lo hemos visto en Gaza. El boicot y el bloqueo israelí sobre la franja –la humillación, en definitiva- se traducen en un mayor apoyo a Hamás.
En fútbol la violencia no es políticamente correcta y por eso la frustración se tiene que vehicular hacia otro sitio. Lo más fácil es cambiar de tema y mirar hacia adelante olvidando el presente. Es lo que están haciendo los media madrileños con las especulaciones sobre la vuelta de Florentino e incluso un hipotético ‘caso Figo II’ con Messi.
Y es que hablar del día a día tal y como está el Barcelona debe resultar muy pesado para los madridistas. No les culpo por querer que esta temporada acabe cuánto antes y hacer borrón y cuenta nueva. Al fin y al cabo el fútbol es un generador de esperanzas, y la frustración es el antónimo de esperanza.
La única duda que queda es saber si esta segunda parte será buena. Escribo esto dudando de hasta qué punto fue buena la primera. Para el Madrid no lo sé, para el fútbol estoy seguro de que no.
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