viernes, 25 de junio de 2010

Henry cierra el círculo

Al saber que Henry iría a ver al presidente francés, Nicolas Sarkozy, para explicarle su versión de la lamentable imagen que ha dado Francia durante su corta estancia en Sudáfrica, me acordé de uno de los primeros posts de este blog, que precisamente vendría a cerrar un círculo.


En aquella ocasión, cuando Henry iniciaba en plena forma su segunda temporada en el Barça y excusaba su mal primer año por la falta de contacto con su hija, concluíamos que en fútbol, aunque nos pese a los que pretendemos analizarlo, lo privado importa e influye.


Lo privado, aquello que no se ve, quizá ha dejado de serlo con Francia. Los medios, las filtraciones y los topos hemos llegado muy lejos. Saber –presuntamente- lo que ocurrió en el vestuario de Francia con Anelka en el descanso del segundo partido aporta mucho y traslada un debate que sin la filtración habría sido puramente futbolístico a una cuestión de Estado.


Más que Estado, de nación. Francia presumía en 1998 que su tricolor era la mejor prueba de que el ‘ascensor social’ francés funcionaba. Luego vinieron las banlieus, los coches quemados. Y nada ocurre por casualidad. Y, hemos hecho bandera de ello en este blog, el fútbol jamás es ajeno a lo que ocurre en la sociedad. Hemos llegado a decir que es un espejo que amplifica lo que ocurre a pie de calle.


Gracias a esta filtración hemos sabido que no es que Govou, Evra o Gourcuff sean peores que Trezeguet, Blanc o Zidane, que lo son. Hay también una quiebra de esa harmonía entre razas de la que presumía Francia. Hay odios entre los mal llamados ‘raperos’ de los suburbios parisinos, tan individualistas y amantes de la bronca, y los franceses peor llamados ‘puros’. Por ejemplo, Gourcuff, al que se le ha llamado ‘pijo de clase media de un pueblecito de la Bretaña. Incluso entre inmigrantes de orígenes distintos. Un verdadero drama, a parte de una vergüenza.


En esta ocasión, lo privado ha sido determinante, mucho más que lo que ha ocurrido durante los tres partidos de les bleus. No entraré a valorar si estoy a favor de las filtraciones o no, depende del caso, el lugar y las circunstancias, pero si quiero cerrar afirmando que la tarea del informador no es reproducir discursos sino preguntarse porque y tratar de ver más allá. Tener en cuenta lo privado y no caer en lo fácil, que suele ser lo rápido. Recuerden, la prisa mata.

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