martes, 9 de marzo de 2010

Un triunfo para los románticos

Uno, que siente cierta simpatía por los románticos que suelen quedarse en la orilla sin llegar a la playa en los momentos claves, se alegra enormemente de la victoria del Arsenal. Pienso que el equipo de Wenger -que ha ganado 5-0 al Oporto- se merece como pocos estar en los cuartos de final de la Champions.


Recuerdo aquellos siete fatídicos días en los que el Arsenal parecía haberlo perdido todo tras verse avasallado por dos máquinas de ganar como son el United y el Chelsea, esta victoria, como los anteriores en Liga, dejan si cabe mejor sabor de boca.


Sobre todo, porque el baile en el Emirates al Oporto se ha conseguido sin Cesc. Definir al catalán ya está caduco, simplemente es el mejor y se le exige y rinde como tal. Ahora bien, hasta ahora, en los partidos grandes, futbolistas como Arshavin o Nasri no habían dado la talla.


El ruso como asistente de lujo y director de orquesta y el francesito como goleador y estilete se convirtieron en los protagonistas junto a un Bendtner que, quizás, haya dado el paso necesario para olvidarse de los granos en la cara y los peinados de rockero teenager y convertirse en un delantero centro de equipo grande. Condiciones tiene, sólo le falta explotar y muchas veces el ‘boom’ se produce con un gran partido en una gran cita.


En Florencia (3-2), el Bayern se ha llevado el gato al agua en un partido loco, irregular, de esos que le encantan a Robben, que ha marcado el tanto que ha dado el pase a los de Van Gaal. Pero esa es otra historia. En fútbol siempre han ganado los alemanes. Es más importante que, de vez en cuando, ganen los románticos.

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